martes, 30 de octubre de 2012

Comienza La Lección




Si con simples palabras había arruinado su infancia. ¿Pueden imaginar lo que lograría con acciones? ; Iban a terminar deseando estar muertas, y tal vez como soy tan piadosa así sería.
Decidí que la primera en mi lista sería la ojona, siempre tan tonta, y tan incapaz de defenderse sola.
Después de pensarlo un rato, me di cuenta que el mejor lugar para “limar asperezas” con ella sería su casa. Investigue un poco y me entere que sus padres estaban de vacaciones.
 -¡QUE OPORTUNO!-pensé, así no tendría que ocuparme de ellos.
Un jueves por la tarde entre a su casa –JAJA- la muy tonta había dejado la puerta abierta. De ese modo llegue hasta su habitación. Primero dude en entrar pero al verla ahí tan distraída, me di cuenta que no habría mejor momento que ese.
-Hola Ojona- salude amablemente. Ella volteo asustada y comenzó a gritar por lo cual tuve que darle un golpe para que guardara silencio, creo que exagere un poco con la fuerza por que perdió el conocimiento, pero aproveche para atarla de manos, pies y boca.
Viéndola fijamente espere de forma muy paciente a que reaccionara, cuando abrió los ojos vi su pánico y lo disfrute tanto, tenía mucho tiempo que esa sensación se había alejado de mí.
Me acerque a ella y le dije que arreglaría el problema que teníamos, ella solo me miraba asustada, yo le sonreí y le comente que era algo simple, si no quería vivir más tiempo siendo LA OJONA, la iba a ayudar.
Así que me acerque un poco más y de la bolsa de mi sudadera saque un cúter y de un solo movimiento lo clave en su ojo derecho, lo gire y saque de modo que el ojo salió con él, luego hice lo propio con el ojo izquierdo, y mientras salía el ojo me acerque un poco más y le susurre al oído:
 –Listo, problema solucionado.
Después tome mi cúter lo limpie con su edredón (que por cierto era de malísimo gusto), y salí de su habitación con una gran sonrisa. Baje las escaleras y salí de su casa sabiendo que aquel día sin duda seria inolvidable para esa ilusa, que creyó que podría darme una lección…Si supiera que apenas era el principio.

Pensaba quien sería la siguiente mientras caminaba rumbo a mi hogar cuando decidí que sería mejor festejar mi triunfo y  llame a mis amigas para vernos en el lugar de siempre.

lunes, 22 de octubre de 2012

Bienvenidas al Infierno



Cuando mi frente iba a chocar contra la pared y metí mi mano en el trayecto para no recibir tan fuerte impacto, comprendí que era casi imposible defenderme: eran cuatro contra una. Solo podía tratar de pensar qué era lo que me había llevado hasta ese momento, si tan solo unos minutos atrás estaba bebiendo y disfrutando tan a gusto con mis amigas.
 Empezaba a perder la conciencia. Un grito muy fuerte interrumpió los continuos golpes y mis pensamientos.
  —¡Esperen! —gritó una de las chicas—. Ella tiene que saber por qué está pagando.
 En ese momento la idiota que me tenía tomada del cabello me soltó.Traté de levantarme y huir, pero era inútil. No estoy segura si mis piernas no respondían debido a los golpes, al alcohol excesivo de aquella tarde o al miedo y coraje que sentía.Tirada en el piso de aquel baño, me sentía morir, y peor aún cuando pude ver a mis atacantes.
  —¿Te acuerdas de mí? —preguntó arrogantemente la más gorda de aquellas chicas.
  —Obvio que no, pobre diabla —respondí con la última gota de dignidad que me quedaba—. ¿Quién diantres eres y qué quieren?
Se rieron y, aún más molestas de lo que ya se les veía, me respondieron una a una.
—Soy la Jamones.
—Soy la Bastarda.
—Soy la Ojona
—Soy la Campirana. ¿Ahora si nos recuerdas?

En ese momento sentí como si un balde de agua helada me hubiera caído encima.
 Si sabía quiénes eran, y yo las había nombrado así en la primaria, pero ahora que íbamos en la preparatoria, ¿cómo era posible que aún recordaran eso? Me quedé callada.No supe qué decir. En el fondo me daba risa que ellas mismas se llamaran de ese modo, pero viendo la situación, reír hubiera sido una gran imprudencia de mi parte.
 —¿Y a mí, qué? —les pregunté.
 Creo que la respuesta era obvia pero aun así quería oír sus palabras, y así como ellas estaban disfrutando su venganza, yo quería disfrutar sus explicaciones.
  —Tú fuiste la causa de todas las burlas y malos tratos. Por ti llegamos a odiar la escuela y ahora es el momento de que sientas algo del dolor que sentimos.
Gracias al cielo, en ese momento Seguridad entró a causa de los gritos y me sacaron de ahí, pero el daño ya estaba hecho. Tenía un brazo fracturado y una costilla rota.
 Esto no podía quedarse así. ¿Cómo esas pobres ilusas pretendían salirse con la suya? Algo me quedó claro: si su vida había sido un infierno antes, ahora sería aún peor

domingo, 14 de octubre de 2012

Como llegue a lo que soy


Últimamente ya no sé qué pensar. Hoy fue uno de esos días en los que raramente todo salió bien, pero no puedo evitar pensar ¿cuánto durará esta buena racha?
No es que no me guste que me pasen cosas buenas, o bueno normales, más bien es que no estoy acostumbrada. Debo admitir que hace algunos meses esto hubiera sido algo sin importancia, pero desde aquel incidente (mismo que quizá les cuente algún día) ya no me siento igual.
Todo en mi vida cambió. He llegado a pensar que lo merezco, ya saben, “Karma” en su más pura expresión.  Del tipo: juega con las personas y después jugarán contigo.
La verdad hasta hace algunos meses yo no era del tipo amable, amorosa, respetuosa, etc.,  a decir verdad aun no lo soy, es solo que en lugar de convertirme en mejor persona puedo decir que eso del karma me volvió peor.
Si de todos modos te va a ir mal, ¿Por qué has de actuar bien?, ¿No lo habían pensado?
Quizá en este momento no  puedan entender bien de qué les  hablo pero tengan por seguro que cuando se enteren de todo lo que ha acontecido en mi corta (pero bien vivida existencia) entenderán a lo que me refiero. Con esto no asumo que su vida sea menos importante o interesante que la mía, al contrario, cambiaría mi historia de vida por la de  cualquiera de ustedes sin pensarlo. Aunque  cuando sepan todo lo que ha acontecido a la fecha, no  querrían hacer dicho intercambio.
Uno no imagina cuántos problemas puede llegar a tener una persona,y menos si tu eres parte del problema, o mejor dicho la causa. Difícilmente comprendemos la vida de alguien más. Pues no es la nuestra.
No me juzguen por favor. Aún no saben qué es lo que hice, ni porqué lo hice o qué fue lo que tuve que asumir por hacerlo.
Aún ahora no estoy segura si me arrepiento o si volvería  a hacerlo, porque finalmente todo me llevo a esto. A donde estoy y con quien estoy ahora.  Ni siquiera estoy segura de haber aprendido la lección completamente, pero al final ¿Quién realmente la aprende?
 Aquello  de que  las acciones siempre tienen consecuencias  es verdad y nunca lo había entendido mejor que ahora.
 Es cierto que no de todo aprendes, créanme, con el tiempo me entenderán.